jueves, mayo 25, 2006

Cumpliendo sueños fuera de la burbuja



Iba caminando por la calle y mi cerebro comenzó a maquinar, un tema le sucedió a otro como una cadena de principio difuso. Me detuve en el pasado con el afán de comprender el presente.

Este eslabón de la cadena comenzó afligiéndome. Me di cuenta que de chica me hubiera encantado aprender tantas cosas... pero nunca fui incentivada, todo lo contrario... Me sentía capaz, tenía voluntad... pero mis decisiones aún no cobraban importancia. Mis deseos de aprender arte, música, computación, inglés o algún deporte fueron desplazados... Lo peor de todo es que no hubo razón concreta, simplemente se debe a la burbuja que envuelve a mi familia desde siempre, que la aparta de las actividades normales de todos los seres humanos. Me vi encerrada, atrapada en la burbuja. Me puse triste, me di cuenta de todo el tiempo que perdí, de la facilidad que hubiera podido tener ahora de haber tenido la oportunidad de empezar antes.

Pero luego vino el instante de comprensión, y mis preguntas “¿Por qué esta sed? ¿Por qué necesito aprender sobre todo lo que se me ocurra? ¿Por qué tanta diversidad? ¿de dónde saco estas ganas de complicarme la existencia a esta edad?” tuvieron respuesta y cobraron un sentido diferente...

Puede que mi deseo profundo de aprender de cada cosa en todo momento y en todo lugar provengan justamente de esa necesidad que tuve hace años. Ésto debe ser lo que me da tanta fuerza, y me hace devorar cada nueva oportunidad de conocer, y tratar de desmenuzar todo como para sacarle el máximo jugo y que no se escape más, ésto es lo que me motiva.

Mi tristeza se convirtió en alegría, porque imaginé cómo podría haber sido un pasado distinto, lleno de posibilidades de aprender... tal vez me hubiera cansado antes de empezar, y ahora ya mi sed parecería saciada, y me conformaría con lo poco que hubiera podido aprender. Tal vez no era el momento correcto, tal vez no hubiera valorado la importancia de cada cosa como ahora lo hago.


miércoles, mayo 17, 2006

¿Por qué pregunto tanto?



Creo que es una de las mejores formas de aprender, en ambos sentidos.

Puede haber diversos casos de personas que reciben mis preguntas:

1.- El que sabe la respuesta.
2.- El que la supone.
3.- El que la intuye.
4.- El que no la sabe.

De estos cuatro casos se puede aprender, aunque no lo parezca.

Caso 1 (El que sabe la respuesta):
Es obvio que hay un aprendizaje directo si el receptor sabe la respuesta. Sólo se trata de que yo sepa escuchar y asimilar y de que esta persona sepa explicarse y tenga voluntad y paciencia para hacerlo. En este caso me beneficio yo nada más, porque lo único en lo que le puedo llegar a aportar conocimiento es en saber explicar sus propias ideas.

Caso 2 (El que supone la respuesta):
Quien supone la respuesta puede que esté convencido de que la sabe, en ese caso cuando yo pregunto genero una duda, y esa duda puede traer una inquietud en el receptor, lo que pone a prueba sus conocimientos.
En este caso tal vez no se pueda tener la certeza de que hay una respuesta a la pregunta, pero sí se sabe que existen teorías al respecto. Es bueno comprobar la solidez de las teorías a través de interrogantes, y ¿qué mejor debugger que otra persona ajena a la teoría?
Aquí se evidencia un aprendizaje en ambos sentidos.


Caso 3 (El que intuye la respuesta):
El que escucha la pregunta intuye una respuesta. Tal vez porque nunca antes se lo había preguntado y entonces es la respuesta que pudo generar en el momento sin meditarlo demasiado (a veces de esta forma puede salir una muy buena respuesta, aunque no aparente).
O puede ser porque lo haya razonado en algún momento, pero sepa que su respuesta puede ser incompleta o que no se haya examinado en profundidad. En este caso es bueno complementar ideas al respecto, y tratar de completar y fortalecer la teoría entre los dos.
También existe un intercambio, el aprendizaje es mutuo.


Caso 4 (El que no sabe la respuesta):
Quien ni se aproxima a una respuesta tal vez es porque no se le cruzó nunca ni remotamente por la cabeza el cuestionarse eso. Este es uno de los casos en los que más me gusta preguntar, porque quiere decir que estoy ayudando a crecer a la otra persona. Porque el tener una duda es el primer paso para poder aprender, y en este caso qué mejor que dos cerebros para poder pensar en una respuesta...


domingo, mayo 07, 2006

Palabras sagradas...


(Si hoy no tenés ganas de complicar tu existencia, te recomiendo que no leas este post)

Hay palabras que no deberíamos pronunciar sin antes saber el significado que éstas envuelven.

Constantemente necesitamos comunicarnos con otras personas a través de palabras, expresar nuestros sentimientos... pero lamentablemente estos sentimientos suelen ser demasiado relativos... no tenemos forma de medir hasta qué punto estoy interpretando bien, o se está expresando bien el otro...

Pongamos un ejemplo...
Una de las que considero sagradas es: AMOR. Yo decidí guardarla, no emplearla a la ligera, dejarla para ocasiones especiales, de verdadero sentimiento...
Sin embargo, para la mayoría de las personas su uso es tan común que terminan gastándola, que ya pierde su significado tan mágico...

Tal vez teniendo en cuenta la definición que otra persona le da, yo siento amor... y hasta tal vez más que esa persona, pero el hecho es que para mí no llegó a la medida suficiente como para merecer que la emplee...

La verdad es que detesto catalogar a los sentimientos, encerrarlos en una palabra, y que no salgan de ahí... a veces creo que los sentimientos pueden estar mezclados entre sí para formar cosas indescriptibles, y es una lástima restringirlos a una sola que no contemple toda su magia...

Aunque no me guste, trato de adaptarme sabiendo que la mayoría de las veces estas palabras no tienen todo el significado que yo les daría... lo que me apena es no reconocer cuándo realmente alguien utiliza toda la potencia que ellas quieren expresar...