lunes, julio 13, 2009

Mi palabra favorita


Hace mucho tiempo tuve una conversación interesante con uno de mis hermanos. Él me decía que tiene una palabra favorita. Una palabra que rige su vida, que es parte de su meta de vida o que simplemente es importante para él. Yo en ese tiempo no le hice mucho caso, me pareció bien, pero no le encontraba mucho sentido al asunto.

Para darte un ejemplo de a qué me refiero, él había elegido la palabra "equilibrio". Su meta era o es llegar a un equilibrio, es algo que siempre está buscando, es su “fin en mente” (del que habla Covey).

Después de mucho tiempo “mi palabra” llegó sola, sin estarla buscando: decidir. Nótese que, en vez de un sustantivo, como eligió mi hermano, yo elegí un verbo. De eso se trata la vida desde mi punto de vista, es una acción constante. Todo lo que hacemos en la vida es decidir, bien o mal, y cada decisión deja una marca. Somos responsables de las cosa que decidimos y también de sus consecuencias, aunque lo más común (y más conveniente) es echarle la culpa a algo o a alguien más de las cosas que decidimos o de las que nunca llegamos a decidir.

Cada singular instante de decisión en que elegimos un camino o el otro, vamos creando nuestro futuro; nuestro presente es una consecuencia de nuestras decisiones pasadas. Decidir es lo que nos hace humanos, lo que nos da el poder, un poder que muchos no valoran.

Cada quien, en este mismo instante puede decidir hacer lo que le plazca, desde luego, bien o mal, como dije anteriormente, teniendo consciencia de las consecuencias o sin tenerla (igual, seguro va a haber consecuencias). Muchos viven su vida pensando que hacen las cosas por obligación o porque así lo impone la sociedad (o por la razón que quieras poner ajena a uno); que no tienen decisión sobre lo que está resultando actualmente. Eso mismo también es una decisión, el haber elegido vivir de esa manera, el haber elegido ser efecto en vez de causa (más adelante hablaré sobre esto).

En este mismo instante podés decidir que las cosas sean de otra manera. El decidir es tan poderoso que puede ir mucho más allá de lo que podemos imaginar. El tenerle rencor a alguien, es también por así haberlo decidido. Aunque a veces parezca imposible, uno, en un instante, puede borrar de su mente ese rencor.

Suena complicado, pero es más simple de lo que parece, se trata de un interruptor, de un “apagado” o “encendido”. Todo lo que hay que hacer es mover ese interruptor para el lado que queramos. , quiero estar bien, lo decido en este instante. No, quiero seguir mal, también lo estoy decidiendo.

Puedo dar miles de ejemplos de esto y de cómo un instante de decisión puede ser un punto de inflexión en tu vida, pero este post ya se haría muy largo y más aburrido de lo que está :-P .

En fin, ésa es mi palabra favorita. Si te animás, decime cuál es la tuya y por qué