Si las cosas no salen como las esperás, no busques el error en los demás, algo en tu persona debe cambiar... Si algo sale mal deberías descubrir la raíz, ir al origen, encontrar la causa.
¿Qué significa que algo salga mal?
Es una señal, la vida quiere demostrarnos alguna cosa que no hemos sido capaces de ver aún, y cuando más de una vez volvemos a una situación que no nos gustó, simplemente es porque seguimos ignorando esta señal.
No siempre está a la vista lo que debemos encontrar... es necesario agudizar nuestros sentidos, no quedarnos en la superficie del problema, y escarbar, aunque a veces duela. Más allá de todas las apariencias, podrá distinguirse la verdadera causa de aquella situación desagradable.
Lo más fácil es pensar que es el otro el que cometió el error, el que nos lastimó, decir: “esto pasó por TU culpa”. Nada es casual, si estamos viviendo una situación así es por alguna razón.
A veces no significa que seamos malas personas, o que estamos actuando directamente mal, sino que llegamos a un punto en que se nos está demostrando que es hora de cambiar de idea, de dar un paso adelante, pasar de etapa.
Es bastante difícil de explicar lo que trato de decir... daré un ejemplo:
Un día iba yo en colectivo hasta mi pueblo, un viaje de aproximadamente dos horas. Me encontraba muy cansada, y estaba muy contenta de haber conseguido asiento (a veces no se consigue lugar y hay que viajar de parado). Recuerdo que me senté adelante. Se habían acabado los asientos, cuando de pronto sube una mujer con un bebé y va hacia atrás, veo que nadie se paró a darle lugar, y la llamo para que se sentara en el mío (eso no me convierte en buena persona, jeje). Éramos varios los que íbamos parados. Yo iba conversando con una señora que vive en mi pueblo. Faltando un cuarto de viaje para llegar, yo vi que la persona acompañante de la mujer a la que había cedido mi asiento se había bajado. Cuando voy a sentarme, la mujer con el bebé en brazos me dice que no puedo, porque ya lo había ocupado otra persona que había ido al baño y ya venía. En ese momento sentí que se estaba cometiendo una terrible injusticia... ¿cómo es posible que habiéndole dado mi lugar no haya sido capaz de reservarme el asiento que se había desocupado? La señora con la que venía conversando, que había observado la situación, hizo cara de no poder creer lo que había pasado. ¡Una falta total de agradecimiento! No le dije absolutamente nada, y con toda la bronca del mundo me quedé parada... hasta llegar.
Podría ver que el error es de la mujer, pensar que es una desagradecida, y quedar embroncada, con un sentimiento de rencor... o pensar que por algo me pasó esto, y que algo debo ver, yendo al fondo de la cuestión.
Elegí la segunda opción, y descubrí tres cosas...
1.- Entendí un poco más a las personas que no actúan como yo esperaría que actúen, tal vez esa persona aprendió muchas cosas que yo no he aprendido aún, y así como esto es posible, también puede que esta persona no haya aprendido algunas cosas que yo sí aprendí. En ese caso, no debo exigir algo a alguien que aún no logró ver lo que yo, debo ver todo desde un punto de vista más global, comprender y actuar en base a mi compresión.
2.- A veces nos hacemos un mundo por algo que resulta ser una tontería. Puede suceder que exista otra explicación que no pude contemplar por la que esta mujer actuó de esta forma. No sé ni cómo es ella... tal vez todo pasó tan rápido que ni le dio tiempo de decirle a la otra persona que no ocupe el lugar, o tal vez es tan tímida que no se animó a decirle que me correspondía. El hecho es que no creo que esta mujer haya actuado con malas intenciones.
3.- Pude ver que yo, cuando hice el favor a esta mujer, estaba esperando a cambio. Quería obtener algo de ella, al menos un gesto que ni la afectara directamente (ya que nada perdía con reservarme el lugar). Cuando logré liberarme de este sentimiento de esperar de las otras personas sucedieron dos cosas, por un lado no estoy pendiente de a quién pude ayudar (tampoco busco a quién ayudar), simplemente cuando se me presenta la ocasión, y estoy predispuesta lo hago, no ando llevando cuentas de quién me debe qué cosa Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, no tengo ese sentimiento de bronca cuando la otra persona fue malagradecida, libero mi mente de algo que no me beneficia.
¿Qué será lo que la vida quiere enseñarte? Básicamente a pensar diferente... a encarar los problemas de otra forma, para que ya no sean problemas. Hay millones de cosas por aprender, no sé exactamente cuál pueda ser tu caso... pero podría ser, por ejemplo, que des a las personas sin esperar que te devuelvan el favor, o que dejes de ver sólo los defectos en los demás para comenzar a ver las virtudes, o que no borres todo lo bueno que obtuviste de la otra persona por un sólo error que haya cometido, o que veas que, a veces, por más que las intenciones son buenas, las personas se equivocan.
No olvides que cada cosa tiene su razón de ser... nada es casualidad.