miércoles, mayo 12, 2010

La mitad de un problema es no descubrir el problema


El primer paso para resolver un problema es darse cuenta de que el problema existe. ¿Por qué digo algo tan obvio como esto? Muchas veces, aunque el problema existe, no nos damos cuenta de que está ahí, convivimos con el problema. Sabemos que algo no está bien, sabemos que algo nos molesta, pero no somos capaces de ver más allá de esa molestia. No podemos hacernos conscientes del problema. Nos pasa frecuentemente, hasta con cosas cotidianas. Es como cuando vamos caminando y algo nos molesta en el pie. Muchas veces seguimos caminando con la molestia, sin darnos cuenta de que sería mucho más fácil y más cómodo parar un momento y sacar la piedrita que se metió en el zapato.

Esto también sucede cuando hay algo que hacemos de manera ineficiente. La norma preestablecida (o la sociedad, o la costumbre) dice que hay que hacerlo de "esa" manera. Seguimos intentando hacerlo de esa manera, aunque nos cueste trabajo, pero no somos capaces de buscar una manera alternativa de hacerlo, una manera que nos facilite la tarea. Nos acostumbramos a hacerlo de la misma forma que nos enseñaron.